
Normalmente cuando se nos presenta una oportunidad de trabajo o de estudiar en otra ciudad, país o continente, lo primero en lo que pensamos es, en preparar papeles, maletas y llevar a nuestro animal de compañía, nos imaginamos lo bonito que sería tener a nuestro en un momento tan importante, por lo que, vamos corriendo al veterinario para que nos digan cuáles son las vacunas necesarias, revisar si se encuentra bien de salud, qué papeles necesitamos y si le debo dar un tranquilizante para que viaje tranquilo, pero ¿realmente con todo eso es suficiente para que nuestro gato la pase bien en el viaje?
La mayoría de las veces no solemos darle importancia al uso de la transportadora, debido a que nuestros gatos pocas veces salen de casa y esto provoca que la transportadora sea un objeto totalmente desconocido para nuestro gato o únicamente asociado a visitas al veterinario, lo cual asocian con algo negativo ya sea porque se sienten mal o porque siempre reciben un pinchazo. Ante esto debemos de generar un cambio, para ayudarle a nuestro gato a sentirse cómodo, seguro y contento al momento de entrar a su transportadora para que su viaje sea ameno.
Antes de elegir una transportadora por que el color es bonito, el modelo es llamativo para el humano, etc., debemos pensar en su funcionalidad y en la seguridad de nuestro gatito, pero ¿qué debería tomar en cuenta? Nuestro gato tendría que tener la posibilidad de pararse en sus cuatro patitas y girar sobre su propio eje sin necesidad de chocar con las paredes de la transportadora, debe de ser fácil de lavar y desinfectar en caso de que la ensucie, contar con ventilación en sus costados y de preferencia con dos salidas, una por la parte de enfrente y otra en la parte superior de la caja para que puedan tener un manejo más amable en caso de ser necesaria su inspección a distancia o al quererlo sacar, el material puede decidirse dependiendo de la aerolínea o del viaje que se va a realizar (caminatas, viajes en auto, etc.).
Ya que tenemos la transportadora ideal para nuestro gato, debemos comenzar a asociarla con algo muy positivo y agradable, para que de forma voluntaria entre y se mantenga en ella. Para esto, las transportadoras que se le quitan el techo podrían ser de gran ayuda, ya que su habituación a esta sería mucho más fácil. En la habituación dividiremos por pasos para que nuestro gato poco a poco realice los ejercicios, primero vamos a retirar el techo y la puerta principal, dejaremos únicamente la parte de abajo y es ahí en donde partiremos a enseñarle a nuestro gato a entrar y salir, siendo premiado cuando esté por completo dentro de la bandeja, dejaremos el acceso libre en las zonas que más le gusten de la caja para que por sí solo comience a utilizar dicha parte y asociarla con algo positivo, podríamos dar un gran plus al colocar un tapete cómodo impregnado de feromonas sintéticas (las cuales puedes adquirir en tiendas de mascotas u hospitales veterinarios) lo que hará que nuestro gato se sienta con mayor confianza. Una vez que veamos que nuestro gato usa dicha parte de la transportadora de forma rutinaria, podremos colocar el techo y repetir el mismo ejercicio de entrar y salir de la zona, obteniendo el alimento más valioso para motivarle a estar por más tiempo en dicha zona, después de que la vea como algo muy agradable, podremos colocar la puerta principal, pero ojo, no para que lo dejes encerrado, si no para que se empiece a familiarizar con ella sin necesidad de estar cerrada.
El paso crucial es empezar a cerrar dicha puerta, pero iniciaremos desde lo menos invasivo hasta llegar a un tiempo considerable para que soporte el viaje a nuestro destino. Primero se abrirá y cerrará la puerta de forma inmediata y ofreceremos un premio alimenticio de alto valor después de haberla abierto, una vez que tolere dicha acción, vamos a incrementar el tiempo en el que la puerta estará cerrada y siempre daremos un premio en cuanto se abra, cada etapa debe de trabajarse al paso de nuestro gato para evitar estresarle y así, conseguir un éxito total.
Recuerda que debe de tomarte un tiempo suficiente para trabajar todo el proceso de habituación y asegurarnos que nuestro gato realmente disfruta estar dentro de ella. Si el proceso se complica o notas a tu gato estresado, puedes acercarte a un médico veterinario enfocado en el área de comportamiento para que seas asesorado de forma correcta y sea una experiencia positiva para tu gato.



